Llegamos de nuevo con la ilusión de hacer cumbre en el Domuyo. Acampamos en el campo base a 3000 mts de altura y a las 04:30 hs iniciamos el camino. Como siempre, disfrutamos del paisaje, del amanecer y de una leve nevisca. Superamos la montura y al llegar a los 4.500 mts de altura aproximadamente, la tormenta nos hizo regresar. La montaña se cubrió de blanco y borraba el camino.
De nuevo en el campo base a las 18:15 hs descansamos hasta el otro día, con el dilema de tener que decidir si podíamos volver a intentarlo, dado que nos quedaban pocos víveres, también nos había fallado uno de los pares de grampones y no sabíamos si las piernas nos responderían. Dejamos para el día siguiente que el Universo se expida.
Nos levantamos y comenzamos a deliberar si nos íbamos a acampar a los 3.800 mts o salíamos desde la base nuevamente. Racionamos las provisiones de cuatro panes, un puñado de pasas y nueces mas tres sobres de sopa. La respuesta llegó rápidamente. Por eso les decimos a Beto, Daniel y Lucia: gracias por ser tan buena gente y solidarios con nosotros. Nos auxiliaron con la comida, los grampones y su grata compañía. Al otro día emprendimos todos juntos el camino a las 03:30 hs de la madrugada.
Esta vez pareció que fue mas largo el camino debido a los vómitos que sufrió Miriam. Por suerte debido a la buena hidratación y al sol que comenzó a calentar, se fue la descompostura como por arte de magia. Así llegamos a los 4.000 mts. Emprendimos el ascenso con los grampones puestos y dijimos hasta donde puédamos porque no estábamos seguros de como responderían nuestros cuerpos. Pensando en todo momento que podíamos dar siempre un pasito más, a las 12:45 hs accedimos a la cumbre de 4.719 mts del techo de la Patagonia. Nos costó muchísimo pero lo logramos.
De nuevo en el campo base a las 18:15 hs descansamos hasta el otro día, con el dilema de tener que decidir si podíamos volver a intentarlo, dado que nos quedaban pocos víveres, también nos había fallado uno de los pares de grampones y no sabíamos si las piernas nos responderían. Dejamos para el día siguiente que el Universo se expida.
Nos levantamos y comenzamos a deliberar si nos íbamos a acampar a los 3.800 mts o salíamos desde la base nuevamente. Racionamos las provisiones de cuatro panes, un puñado de pasas y nueces mas tres sobres de sopa. La respuesta llegó rápidamente. Por eso les decimos a Beto, Daniel y Lucia: gracias por ser tan buena gente y solidarios con nosotros. Nos auxiliaron con la comida, los grampones y su grata compañía. Al otro día emprendimos todos juntos el camino a las 03:30 hs de la madrugada.
Esta vez pareció que fue mas largo el camino debido a los vómitos que sufrió Miriam. Por suerte debido a la buena hidratación y al sol que comenzó a calentar, se fue la descompostura como por arte de magia. Así llegamos a los 4.000 mts. Emprendimos el ascenso con los grampones puestos y dijimos hasta donde puédamos porque no estábamos seguros de como responderían nuestros cuerpos. Pensando en todo momento que podíamos dar siempre un pasito más, a las 12:45 hs accedimos a la cumbre de 4.719 mts del techo de la Patagonia. Nos costó muchísimo pero lo logramos.
Camino al campo base.
¡¡¡ ¿dónde está el ascensor? !!!
Ya estamos cerca. ¡vamos que podemos!
¡que pena, tenemos que bajar!
Daniel (casco blanco), Lucía (la más chiquita) y Beto (campera naranja)
¡¡¡ Cumbre a la vista !!!
¡ Gracias a nuestros cuerpos ! que bien respondieron.
En la cima con montañistas de Bs.As. y Montevideo.
¡ Que lindo se ve desde acá arriba !
